Los hijos e hijas de nuestros compañeros/as miristas asesinados en dictadura han tenido que reconstruir con dificultades la historia de la vida de sus padres no exentos de consecuencias irreversibles producto de la violencia política ejercida en contra de sus familias. Son los hijos de una brillante generación de dirigentes que fueron protagonistas de grandes causas asociadas a los trabajadores y pueblos de Chile, comprometiendo su vida con el proyecto socialista primero y con la lucha antidictatorial después.
Uno de esos hijos es Dagoberto Pérez Videla, único hijo de Lumi Videla y Sergio Pérez, ambos militantes del MIR, asesinados en horrorosas sesiones de tortura. Dagoberto hoy está detenido, acusado de ejercer el oficio de la medicina alternativa en tiempos donde el acceso a la salud digna es un privilegio inalcanzable. La concepción neoliberal de la salud chilena no reconoce usos alternativos, asunto que permitió equivocamente a la justicia asociar el oficio de Dagoberto a actividades ilícitas.
Hacemos un llamado a los fiscales que acusan injustamente a Dagoberto a liberarlo inmediatamente y eximirlo de las imputaciones que se le hacen, bastante reconocimiento debiera tener por su perseverante esfuerzo de llevar nuevas formas de salud a nuestro pueblo, y no ser objeto de la coerción y coacción del Estado chileno, tal como sucedió con sus padres.